¿Decidiremos ser libres?

Vivir pensando en cómo regir nuestra conducta de acuerdo con normas de organizaciones o con los deseos de otras personas es una gran carga que no deberíamos aceptar o imponernos. No contribuye a nuestra paz mental y felicidad.

Es mejor que uno razone, que analice los asuntos de la vida y llegue a sus propias conclusiones. Por eso es tan importante la introspección, buscar en nuestra mente para encontrar allí la información que necesitamos.

Por supuesto hay que tener una mente abierta para escuchar consejos de otros y para buscar ayuda cuando se necesite. En ocasiones nos enfrentamos a decisiones difíciles en las cuales necesitamos hablar con alguien para que nos ayude y entonces tomar las medidas necesarias.

Finalmente, es el individuo quien tiene que decidir lo que hará, aceptar la responsabilidad de dirigir su vida o pasarle el control a otros.

Cuando una persona que ha vivido bajo el control rígido de un cónyuge o de organizaciones, rompe sus ataduras y toma las riendas de su vida, experimenta autonomía, una sensación que es difícil explicar en palabras. Comienza a vivir del modo que enseña la naturaleza, libre.